Una mañana casi perfecta...

Siguiendo la linea de post netamentes personales, el texto que va a ser posteado a continuacion, es un extracto de mi diario de viaje del año 2004 cuando estuve visitando Bolivia y Peru. Originalmente fue dirigido para mi novia y hasta el dia de la fecha nadie supo de su existencia (claro esta, sacandonos a nosotros dos)... por otro lado, vale la aclaracion que el original era algo mas corto ya que carecia de cierta informacion acerca del viaje (en ese momento no era importante ya que con Candelaria (mi novia) estabamos al dia acerca del mismo). Con este post, aquellos que me conozcan, veran un costado de mi persona que no suelen ver y que brota muy muy pero muy de vez en cuando.

Una Mañana casi Perfecta...

Todo lo que empieza mal, no siempre termina mal…

El tema es así, llegamos el día 27 a Cuzco provenientes de Aguas Calientes (Machu Pichhu), con la idea de salir hacia La Paz esa misma noche, pero Gabriela (una integrante del grupo de viaje) se enfermo y no pudimos salir (sufrio una intoxicación de Trucha), así que hicimos noche en Cuzco, con esto ya quedaba definitivamente anulada la posibilidad de conocer el Famoso salar de Uyuni (si antes de este menester no disponíamos de mucho tiempo, menos ahora). Todo pintaba medio mal, ya que Cuzco me encanta pero me la recorrí de punta a punta y la verdad es que no sabía bien que iba a hacer yo todo el día 28 en la ciudad. Habíamos tenido hasta ese día un viaje maratónico, en 15 días habíamos pasado por La Quiaca, Potosí, La Paz, Copacabana, Isla del Sol, Cuzco y Camino del Inca hasta Machu Picchu; Asi que decidí que ese era mi día de descanso, cuando me fui a dormir la noche del 27 tenia la idea de levantarme al otro día tipo 12 o 1 del mediodía, al mejor estilo Dario Caballes en Bs As; pensaba organizar la mochila, poner al dia el diario de viaje (había tanto por escribir, 4 días en medio de la cordillera de los Andes haciendo el ancestral Camino del Inca), pero como todo lo que planeo no me sale me sale mal, me desperté el día 28 a las 7:30 de la mañana, me quede en la cama un rato pensando que cuernos hacia yo levantado a esa hora, la verdad es que intente dormirme sin éxito hasta que a las 8 Julian me dejo un papel por debajo de la puerta avisándome que el se iba a caminar con Gabriela (el día anterior habíamos llamado a un medico y le receto unas pastillas cuasi mágicas exclusivas para ese problema) y que nos encontrábamos en la plaza de Armas a las 12:30, eso me hizo suponer que el día era mas que aceptable, me asome por la pequeña ventana de la habitación y corrobore que era un día espectacular (cosa rara por estos meses en Cuzco), así que me levante sin hacer mucho ruido para no despertar a Martin, me prepare el mate, el cuaderno, el mapa y salí con rumbo Iglesia Santa Ana, uno de los miradores de Cuzco. Luego caminar alrededor de 10/15 cuadras, llegue al lugar que ya había visitado en dos oportunidades, el lugar mucho no dice, solo hay una plaza seca, un especie de sillón de piedra y la ya mencionada iglesia, pero el hecho de que sea un lugar no muy concurrido por los turistas hace que se transforme en uno de mis lugares preferidos de la ciudad, a todo esto hay que agregarle que desde acá se puede apreciar toda la ciudad. Y acá estoy, sentado en este sillón de piedra, contemplando la ciudad, los infinitos techos rojos que rodean una inmensa plaza (Plaza de Armas), los diferentes campanarios de las múltiples iglesias que alberga la ciudad (parado en la plaza de Armas llegue a contar que desde un solo lugar se pueden ver hasta 8 campanarios distintos) ostentando e imponiendo el catolicismo sobre la cultura Inca, todo a su vez rodeado por montañas; a este paisaje digno de transformar en un rompecabezas de 1000 fichas, se le agrega una columna de manifestantes que lentamente va entrando en la histórica Plaza de Armas.
Como dice el titulo, la mañana es casi perfecta, repasando rápidamente, son las 9 de la mañana, estoy sentado sobre una piedra con forma de silla, contemplando todo Cuzco con un Sol hermoso que ilumina toda la cuidad, tomando Mate, a mis espaldas solo hay un grupito de chicos jugando al fútbol (bastante lejos de donde estoy yo) pero siempre falta algo, el porteño es así, si tiene el pelo lacio, lo quiere con rulos, si es rubio quiere ser morocho, si es alto quiere ser bajo, y puedo seguir enumerando cosas, siempre falta algo, solo que en este caso lo que me falta a mi, es la esa mujer que Amo, esa mujer que hace 16 días que no veo, esa mujer que no pensé que iba a extrañar tanto, esa mujer en que pienso todo el tiempo y la tengo todo el tiempo presente, esa mujer que me arrepiento de no haber traído a este viaje maravilloso que hice, para que esta mañana sea perfecta tendría que estar en este momento al lado mío el amor de mi vida, tendría que estar M. Candelaria A. Carmona. Pero bueno, no todo puede ser perfecto, así que solo cierro los ojos un poco y la imagino al lado mío en este lugar Maravilloso, así como la tuve presente en cada lugar que visite y que contemple.Solo era eso, un simple relato de mi ultima mañana en Cuzco, un simple relato para la mujer que amo de una mañana casi perfecta....

Dario Marcelo Caballes – Cuzco - Perú - 28 de Enero del 2004 - 09:30:00 AM